Historia de mi Pueblo

Hace unos siglos, donde hoy se encuentra el municipio de San Carlos a eso del año 1500 se presume habitaban las comunidades indígenas de los Tahamies y Nutabes descendientes de las poblaciones Chibchas que poblaron estas zonas, al ser un paso obligado al rio Magdalena, desde nuestros ancestros San Carlos ha contado con innumerables indicios de riquezas.

Autor: Ricardo Saldarriaga Gaviria
Autor: Ricardo Saldarriaga Gaviria

La etnia Tahamies compartía lengua y cultura con la vecina Nutabe, aunque fueron claramente independientes y autónomas una de otra. Esta cultura estaba expresada, en lo económico, por su condición de agricultores muy destacados, aunque de rudimentaria tecnología, propietarios de inmensos campos de maíz, algodón, frutales diversos y fríjol. También explotaban la pesca de manera intensa en nuestros abundantes y ricos afluentes.

A eso del año 1530 se dio paso a la colonización española por el capitán Francisco Núñez Pedroso sufriendo grandes penurias por lo difícil del terreno empieza su expedición, al ver lo difícil de su acceso por las montañas antioqueñas encomienda seguir con esta a Juan Carreño quien invadió las tierras del cacique Punchina y Nutabe llegando hasta la orilla del rio Nare.

El territorio de San Carlos pertenecía al dominio del Cacique Punchina, los españoles le colocaron el nombre del Valle del Corpus Cristi dado que fue descubierto por las fechas en que se celebraba esta festividad católica, debido a esta invasión los aborígenes prendían fuego casas y luego huían, ya que no les gustaban los malos tratos de los expedicionarios.

Las crónicas de viajeros publicadas en Europa en el siglo XVI incluían con frecuencia alusiones
al tratamiento que recibieron los indígenas americanos durante la Conquista.
Las crónicas de viajeros publicadas en Europa en el siglo XVI incluían con frecuencia alusiones al tratamiento que recibieron los indígenas americanos durante la Conquista.

Cuando el capitán Francisco Martínez y su expedición llegaron al Valle del Corpus Cristi y fundaron la población de Nuestra Señora de los Remedios, luego después de 20 años fue trasladada al valle donde hoy se encuentra San Carlos y cambiaron su nombre por Santa María de Ageda, por estos tiempos cuenta la leyenda fue incendiada por María del Pardo, una aguerrida exploradora, que según sus moradores hizo un pacto con el diablo para hacer una extracción de oro y al no cumplir este con el pacto robó las campanas de la iglesia y quemo el pueblo, como represalia.

Estos rumores de las grandes riquezas del territorio y su belleza fueron la causa por la que dos capitanes de la corona llegaron al territorio a eso de 1558, Fernando Loyola y Diego de Carvajal que después de enfrentarse y tener una fuerte disputa abandonaron el territorio.

Fotografía tomada desde la piedra del Tabor.
Fotografía tomada desde la piedra del Tabor.

La nueva población de San Carlos de Priego fue fundada en el 14 agosto 1786 por Francisco Lorenzo de Rivera.

En 1800 se inicia con la construcción de nuestra parroquia hoy conocida como nuestra señora de los dolores.

El crecimiento y la prosperidad de la colonia duró hasta el siglo XX cuando San Carlos dejo de convertiste en el paso obligado del rio Magdalena hacia Medellín pero de igual manera conservo su vocación agrícola heredada por los indígenas, el desarrollo de la ganadería y el naciente turismo se establecieron como nuevo sustento, hasta la época del desplazamiento.

San Carlos es reconocido como la capital hidroeléctrica de Colombia gracias a la gran riqueza de sus aguas que generan el 29% de la energía nacional y por su biodiversidad en el 2015 se declara como área protegida el Corredor de las Camelias  con una área de 12.718.26 hectáreas pertenecientes a los municipios de Guatapé, San Rafael , Granada y finalmente San Carlos que aporta el  57.30% del total del área protegida, por ser corredores biodiversos en la jurisdicción de Cornare, lo importante de esta área protegida es que es el corredor natural del puma; además de una de las aves en vía de extinción como lo es el cacique candela, la nutria de rio, las abejas meliponas, una especie que no tiene aguijón, no pica y que puede ser tenida en las fincas de los campesinos, donde las pueden trabajar y extraer su miel, que tiene propiedades medicinales, de ahí la importancia  de que las familias campesinas asentadas en esta zona reciban un precio justo por sus cultivos para que ellos sea cuidadores de esta riqueza  que estamos orgullosos de tener.

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